Definitivamente sí. La fatiga en el trabajo es tan peligrosa como las drogas o el alcohol. Por ejemplo, estudios han revelado que 22 horas de vigilia son el equivalente a 0,08 de alcoholemia, algo así como cuatro tragos de una bebida alcohólica en el lapso de una hora. Esta condición es extremadamente peligrosa cuando se trata de personas cuyo trabajo se basa en conducir u operar maquinaria, por ejemplo.
Además, hoy en día la Era Digital ha facilitado las cosas en el trabajo gracias a las nuevas tecnologías, pero esto está creando otros problemas, como la fatiga visual por la sobreexposición a las pantallas o la imposibilidad de desconectarse completamente del trabajo una vez culminada la jornada laboral por culpa del teléfono, las tabletas y otros dispositivos.
Ya durante la Revolución Industrial y el auge del capitalismo, muchas compañías, con el fin de aumentar su producción, funcionaban sin cesar sometiendo a los trabajadores a largas jornadas de trabajo e ignorando derechos fundamentales. La jornada de trabajo típica era entre 10 y 17 horas, seis días a la semana y esto obviamente desencadenaba en cansancio y estrés.
Posteriormente, en el Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores en Ginebra de 1866, se empezó a hablar de la jornada de ocho horas de trabajo como límite legal, siendo adoptada por diversas compañías importantes en 1905.
Durante los últimos años, la tecnología se ha posicionado como una gran aliada para combatir los efectos de la fatiga en diversos rubros. Hoy en día, trabajos que persisten como el área del transporte, cuyas funciones dependen de largas jornadas y turnos, se han beneficiado de innovaciones que regulan y monitorean la actividad y salud de conductores y que organizan los sistemas de turno. Sin embargo, también pasa por un cambio cultural y una educación al respecto.
La fatiga por un periodo de tiempo prolongado provoca problemas a corto y largo plazo. Entre los problemas a corto plazo es importante destacar la falta de concentración, alteraciones en la distancia y la velocidad y la disminución de los tiempos de respuesta. A largo plazo puede causar problemas físicos como la obesidad, hipertensión arterial, diabetes y depresión.
La fatiga y sus síntomas es pesquisable y controlable con los debidos mecanismos de prevención. El Sistema de Administración de los Riesgos por Fatiga (SARF) es el estándar mayormente aceptado para la gestión de los riesgos por fatiga.
También es recomendable educarse sobre los ciclos de sueño, alimentación y cuidado de la vista. El caso de los teléfonos celulares o computadores pueden alterar los patrones de sueño y ánimo debido a la luz azul. Controlar y prevenir la fatiga en tu puesto de trabajo significa un compromiso con tu seguridad, salud y calidad de vida.